
«Al nacer, somos 100% emocionales, pura intuición, y a medida que aprendemos vamos adquiriendo habilidades para afrontar la vida de modo racional, premeditado. Las emociones siguen ahí, pero la sociedad nos enseña a no dejarnos arrastrar por ellas y lejos de controlarlas, acabamos reprimiéndolas.
La ciencia de los últimos años, afortunadamente, está haciendo que al fin nos demos cuenta de la necesidad de acabar de una vez por todas con el desdén sistemático hacia nuestras emociones. Cada vez son más los científicos que me lo certifican: «Eduardo- transmite la mayoría- debes fiarte de la intuición». Déjese llevar. Aún sin darnos cuenta, el cerebro decide por nosotros en muchas ocasiones y, es más, en las decisiones realmente importantes, la razón tiene poco que decir; es la intuición lo que nos dicta con quién emparejarnos, dónde trabajar o incluso cuándo podemos salvar el pellejo ante un peligro. Y esta intuición responde en buena parte a esas emociones que no dejan de aflorar y cambiar en nuestro interior».
Eduard Punset, en «Universo de emociones»